Ensayo sobre la transmutación de cuerpos. Anira Hoces


Solo abrir los ojos he chillado. Ha sido automático. Solo sentir que el espacio en el que me encontraba tenía un olor distinto, las paredes eran blancas, a diferencia de las de mi habitación que son azul celeste, me he asustado. Me han secuestrado, ha sido lo primero que he pensado. Mi reacción instantánea ha sido levantarme repentinamente de la cama, pero no ha sido tan fácil como lo suele ser. No tengo energías, como si me hubieran pegado una paliza. Entonces me he visto las manos. No lo podía creer. Tenía manos de viejo! Unas manos temblorosas, completamente arrugadas y con las venas muy marcadas. Entonces he dejado de pensar que me habían secuestrado y he pasado a pensar que me había vuelto viejo de un día para otro, o que había olvidado todo desde los 16 años y esta es mi vida ahora. Con mucha dificultad, me he dirigido a encontrar un espejo, había uno justo detrás de la puerta de la habitación. Una vez delante del espejo, se me han derrumbado todas las teorías que tenia, he pasado a pensar que esto era una simple pesadilla muy realista. Ese no podía ser yo de ninguna de las maneras. Ese anciano tiene los ojos azules, y yo los tengo marrones. 

En ese momento he pensado: mira, esto real no puede ser, tiene que ser un sueño si o si, así que voy a ir a la aventura, primero miraré si hay alguien más en la casa y luego saldré a la calle. La casa no tiene escaleras (por suerte), es muy pequeña de hecho. Solo tiene una habitación, un salón muy pequeño, una estrecha cocina y un lavabo. La casa está llena de fotografías de una familia numerosa, parece que este hombre tenía familia pero ahora se encuentra solo. Entonces me he decidido en salir a la calle. Definitivamente no estoy en mi pueblo, probablemente ni siquiera me encuentro en mi país. 

He empezado a escuchar cómo la gente hablaba un idioma. No puedo reconocer cual es, de hecho, se están chillando entre ellos y suenan muy diferentes los unos de los otros, por un momento juro que me ha parecido reconocer el alemán, pero de repente me suena a chino, no tengo ni la menor idea de donde me encuentro. Me estoy empezando a agobiar mucho así que decido volverme a la casa a reflexionar.

Me he sentado en el sofá y he seguido autoconvenciéndome de que esto era una simple pesadilla muy realista. A mi de pensar me da hambre y me he dirigido a ver que tenía este hombre(yo?) en la nevera. Pues no tiene nada. La nevera esta totalmente vacía y eso hace que la pesadilla dé más miedo. Me estoy muriendo de hambre así que por muy sueño que sea esto yo hoy como. Iré al supermercado pero primero tengo que encontrar dónde tiene/tengo el dinero.

Ha sido fácil la verdad, primera cosa que me sale bien desde que me he despertado en el cuerpo de un viejo sin familia. 

Había un supermercado en frente de la casa (segunda cosa positiva). Al entrar por poco me desplomo. Era un desastre! No había cajeras, ni reponedoras y está todo el mundo discutiendo, incluso hay gente pegándose. Para esto no tengo ni teorías ni explicaciones. 

Es decir, me he despierto en el cuerpo de un viejo medio inmóvil, solo y con la nevera vacía, vivo en un pueblo donde hablan muy raro y hacen revueltas en los super.

Yo sigo teniendo hambre y la cosa no se va a calmar, tampoco creo que les importe que coja un poco de pan y algo de embutido. 

Me he dirigido a un pasillo cualquiera y allí había un poco de pan. Entonces he visto que ponía brød, eso me suena mucho. Es noruego! Osea, la gente en la calle no estaba hablando noruego, ya que yo he visitado Noruega y se un poco del idioma, por lo menos como para reconocerlo. Realmente no entiendo que está pasando. He decidido que mejor pienso en casa, después de comer, ya que el celebro me funcionara mejor.

Solo llegar a casa evidentemente me he hecho el bocadillo de queso y me lo he comido en el sofa. Estaba disfrutando tanto de mi bocadillo noruego que ni siquiera me he dado cuenta de que alguien había entrado en casa.

No tengo miedo, la verdad, sé perfectamente que esto es un sueño, así que por qué tener miedo, si no es real? Es una mujer, su cara es muy familiar, me habrá seguido desde el supermercado? En un momento mi cabeza ha hecho clic! Es mi/la mujer! La de las fotografías familiares! Ella me puede dar respuestas.

He tratado de comunicarme con ella diciendo todas las palabras que sé en noruego.

Entonces, ella ha dicho:

-¿Has acabado ya?
-Que? Espera, espera, ¿sabes español?
-Pues claro que se español, ¿no me ves?
-Pero si estamos en noruega
-Ya
-Entonces ¿porqué sabes español?
-Porque soy latina
-Pero si eres mi esposa!
-Entonces, ¿porque hablas tú español, si eres mi esposo?
-Porque este hombre no soy yo.
-Pues esta mujer no soy yo.
-¿Cómo cómo? Espera, o sea que ¿no soy el único que no está en el cuerpo de otro?
-Pues claro que no, egocéntrico, estamos todos igual.
-¿Como que todos?
-Pues todos, todo el mundo está cambiado, es un desastre.
-Pero ¿y tu estas segura de que no es un sueño?
-Yo diría que no, parece demasiado realista.
-Yo estoy seguro de que es un sueño.
-Bueno, entonces, ¿cual es tu nombre?
-Yo me llamo Óscar y soy de Madrid.
-Pues yo soy Paola, de Caracas
-Y eso que es?
-Tu que edad tienes?
-16
-Pues estás un poco mayorcito para no saberte la capital de Venezuela, no?
-Ya, es que suspendí geografía. ¿Tú qué edad tienes?
-Yo tengo 35 años. 
-Oye, no te veo estresada, ¿no estas estresadísima? Porque yo sí.
-Pues sí lo estoy, allí en Caracas tengo 3 hijos y no tengo idea de donde están, probablemente en distintas partes del mundo. 
-Bueno, yo también tengo familia, pero a mi me preocupa el mundo en general.
-¿Cómo?
-Pues que esto es un desastre, si realmente estamos todos cambiados, el mundo está desorganizado, todos han perdido sus trabajos, ¿cómo vamos a tener comida o ropa?
-Ya, pero no sabemos si mañana por la mañana estaremos otra vez en nuestros cuerpos.
-Ojalá. Podemos poner la tele para distraernos un poco aunque este en noruego.
-Que tele? Si no hay televisión, la gente que se ocupa de esto están en los cuerpos de otro y nadie lo está haciendo, como cualquier otro trabajo. Si esto no cambia rápido va a terminar en catástrofe, y no lo puede resolver el gobierno ya que no hay. Esto o lo resolvemos entre todos o estamos muertos.

Eso me ha dejado pensando. Paola tiene razón por muy borde que sea. Le he dicho que me voy a la cama y que si mañana ya no nos despertábamos aquí había estado bien conocerla.

Pues bien al día siguiente me desperté en el mismo sitio, y al siguiente, y al siguiente también. Paola y yo nos despedimos cada noche con esa pequeña esperanza de que todo volverá a la normalidad. Yo he dejado de pensar que esto es un sueño. Hoy se escuchaban ruidos muy fuertes desde la calle. Paola y yo hemos salido a ver que pasa. Es una niña pequeña, como de 7 años, subida en una pila de sillas en medio de la calle chillando con un megáfono. Está hablando en inglés, la puedo entender bastante. Entonces me he dado cuenta que tenía un corrillo alrededor y todos hablaban inglés. Me he acercado y me he dado cuenta de que estaba intentando que se le acerque el máximo número de gente. No le estaba funcionando muy bien, ya que solo se le acercaba la gente que sabia su idioma.

He visto que tenía dos megáfonos y le he cogido uno y he empezado a repetir lo que decía ella, traduciendo al español. Ella me ha dado una mirada de aprobación. Después de un rato se habrán acercado unas seis personas más que hablaban español. Entonces hemos preguntado si alguien habla más idiomas y ha salido un chino, un alemán y un portugués. Les hemos dado los altavoces y para el final del día ya teníamos a prácticamente todo el pueblo recluido. No da tiempo a ponerse a discutir ya que es de noche así que hemos quedado mañana por la mañana en el mismo sitio.

Al entrar a casa me he despedido de Paola pero ambos lo hacemos por costumbre, ya hemos asumido que estas son nuestras vidas ahora. 

Somos exactamente la misma gente que ayer y la niña ya está en su pila de sillas. Ha comenzado a decir que necesitábamos repartirnos los roles para que el pueblo siguiese funcionando. Entonces yo he dicho lo mismo en español y el resto de personas de distintos países. Hemos preguntado la edad, el nombre y género real de cada persona y qué hacían antes del cambio. La niña pequeña en realidad era un joven escocés de mi edad. Hay un par de agricultores, que han dicho que ya habían visto que solo un poco a las afueras del pueblo había campo y granjas. Lo más importante ya lo tenemos, entonces: la comida. El resto del día hemos apuntado en una libreta lo que hace cada persona y hemos quedado para mañana, donde intentaremos organizar a todo el mundo mínimamente para que todos puedan trabajar. 

Los siguientes días han sido difíciles, organizar a 300 personas es bastante complicado. Había unos cuantos menores de 15 (hemos decidido que los mayores de 15 van a trabajar). Todos las personas que antes tenían un trabajo prescindible han tenido que irse al campo, entre estos yo. La verdad, trabajar en el campo es duro pero me gusta. Tampoco puedo trabajar el día entero, ya que mi cuerpo no me lo permite, eso me hace pensar, antes del cambio no pensaba en la muerte como lo hago ahora. Si esto es permanente, tampoco me quedan mucho años de vida. Ese sentimiento me ha inundado esta noche y ni siquiera me he despedido de Paola como hago siempre. Tampoco quería dormir, así que me he sentado en la repisa de la ventana. Debo parecer estúpido, un viejo de mi edad subido a la ventana. Antes lo hacia todas las noches, me costaba dormir y me gustaba mirar las estrellas y la luna, la de hoy era luna llena. He recordado entonces que el último día siendo yo, también había luna llena. Eso significa que ha pasado un mes lunar. Se ha hecho muy largo, la verdad. Me parece muy raro que no me quiera dormir, normalmente es de lo que más ganas tengo durante el día, tengo una mínima esperanza de que el día siguiente seré yo otra vez.

Hoy, solo abrir los ojos he chillado, sentía una ligereza como no la había sentido hacia días. Después me he observado las manos y no estaban arrugadas, pero tampoco eran las mías.



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